Hotel Les Palmiers En Camargue
Saintes-Maries-de-la-Mer - 16 Rue Alphonse Daudet
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Este pueblo al borde de la Camarga, en el sur de Provenza, parece salido del lápiz de un dibujante.
Saintes Maries de la Mer es un pequeño entramado de casas blancas en torno a una maravillosa iglesia románica, rodeado de un paisaje salvaje e impregnado de una atmósfera evocadora: te espera un largo mar azotado por el viento, con inmensas playas de arena blanca, pintorescos gitanos que deambulan por las plazoletas con guitarras y sombreros negros, adivinos que leen las palmas y muchos pequeños restaurantes donde podrás degustar las exquisiteces de la región. El encanto de este pueblo es increíble: sentirás como si ya hubieras estado allí en otra vida.
También es una base excelente para explorar tranquilamente la Camarga: te recomendamos que reserves dos o tres días para una visita a fondo y sin prisas para descubrir la exuberante naturaleza que rodea Saintes-Maries de la Mer. De hecho, en esta maravillosa tierra, los animales viven en libertad y la mejor forma de verlos y fotografiarlos es sumergirse en la naturaleza a través de los numerosos senderos a pie o en bicicleta, prismáticos en mano. Encontrarás todos los mapas en las oficinas de turismo de la ciudad.
Con poco más de 2.500 habitantes, el pueblo de Saintes Maries de la Mer atrae cada año a miles de turistas que vienen a deleitarse con sus pintorescas callejuelas, a vivir sus tradiciones centenarias, a pasear por su paseo marítimo azotado por el viento y a degustar sus sabores especiales.
Pero visitar esta soleada ciudad es también una oportunidad para admirar su encantador entorno: la salvaje Camarga, sus flamencos rosas, sus toros, sus caballos salvajes y sus fiestas. Tanto en verano como en invierno, te fascinarán estos paisajes indómitos y salvajes.
Es imposible ir a Saintes Maries de la Mer sin visitar este emblemático edificio del pueblo.
Construida entre los siglos IX y XI en la desembocadura del Ródano, en puro estilo románico, esta iglesia fortificada tenía como objetivo proteger la ciudad de las incursiones de los piratas sarracenos y árabes, que intentaban invadir y saquear el pueblo. No olvides subir al tejado de la iglesia: desde la terraza panorámica podrás disfrutar de una maravillosa panorámica de 360° de toda la Camarga, especialmente en la hora dorada del atardecer.
No te pierdas la visita a la cripta, donde encontrarás la estatua de Santa Sara, la Virgen Negra, y las reliquias de las Santas Marie-Jacobé y Marie-Salomé, encontradas en la iglesia en 1448. Durante la fiesta de los gitanos, la cripta se sumerge en una atmósfera verdaderamente única: las numerosas velas encendidas crean luces y sombras misteriosas, envueltas en un calor increíble, mientras la estatua de la santa, festivamente engalanada, es besada por los peregrinos en medio de un éxtasis religioso y un llanto incontrolable.
Todos los lunes y viernes por la mañana tiene lugar el colorido mercado de Saintes-Maries. Es una excelente oportunidad para entrar en contacto con la población local y descubrir los productos regionales.
Te encantarán los colores y olores de los puestos, en los que se expone artesanía local, pero sobre todo, las mejores especialidades gastronómicas de la región, como la anchoïade, la bohemienne (especialidad de verduras, arroz y toro de Camarga), el paté de aceitunas, embutidos, quesos y vinos sorprendentes.
Podrás llevarte a casa todo el sabor de la Camarga y quizás improvisar un delicioso tentempié junto al mar.
Uno de los símbolos de la Camarga es una cruz muy especial, formada por la unión de un ancla y un corazón. ¿Pero sabes lo que significa? La cruz representa la fe, el ancla encarna la esperanza y el corazón la caridad: son las tres virtudes que deben guiar al hombre. Juntas forman una especie de tridente, que recuerda a los gardians, los vaqueros de Camarga.
La primera cruz de Camarga, hecha por un herrero de Les Saintes, aún puede verse y está situada en lo alto de una columna de piedra a un lado del Pont du Mort, en la entrada oeste del pueblo.
Son las casas tradicionales de los famosos pastores de Camarga, también utilizadas por los pescadores. Estas cabañas son emblemáticas de la Camarga, muchas de ellas diseminadas por el delta del Ródano. Con su blancura, sus puertas azules, la cruz de Camarga en la fachada y sus tejados inclinados de paja, son una de las vistas más auténticas de la ciudad.
Algunas de estas bonitas casitas, diseñadas para dar la espalda al mistral, resguardándose del frío del mar, se pueden ver en Saintes-Maries, cerca de la histórica cruz de Camarga, a pocos pasos de la playa. Algunas incluso se alquilan en Airbnb.
Si quieres admirar de cerca la naturaleza desbordante de la Camarga y los alrededores de Saintes Maries de la Mer, te recomendamos que alquiles una bicicleta . Pedaleando hacia el este, siguiendo la Digue à la mer, el dique elevado que separa el mar de las marismas, podrás admirar maravillosas vistas de la tierra bañada por el sol, el mar azul cobalto, los estanques iridiscentes y los flamencos rosas volando sobre tu cabeza.
Para llegar al Phare de la Gacholle, a 11 km al este de la ciudad, necesitarás unas 4 horas, pedaleando 26 km ida y vuelta. Acuérdate de llevar agua y provisiones , porque durante varios kilómetros no encontrarás fuentes ni puntos de avituallamiento. A finales de primavera y sobre todo en verano, sal armado con crema solar protectora, lápiz labial (sobre todo para los que sufren herpes labial), ropa cómoda y un cortavientos. De hecho, en esta ruta, el viento no perdona y corres el riesgo de sufrir quemaduras e insolaciones.
La ruta no es exigente, ya que es llana, pero en algunos lugares puede resultar agotadora: de hecho, el camino está completamente sin asfaltar, lleno de agujeros y en algunos lugares incluso cubierto de arena. Una vez que llegues al faro, también puedes continuar hacia Salin de Giraud: la carretera conduce a las partes más salvajes y aisladas, pero por ello increíblemente fascinantes, de la Camarga. Colores increíbles, flamencos rosas, vistas impresionantes.
Teniendo en cuenta las paradas para hacer fotos, la posibilidad de acceder al mar en algunos lugares y la longitud del camino, la caminata puede llevar hasta un día entero. Te recordamos que desde el faro en dirección a Salin de Giraud, el primer lugar donde parar a comer es el Mas de Saint-Bertand, una antigua granja con un maravilloso y refrescante dehor bajo los plátanos: aquí se sirven platos de terruño en medio de esculturas hechas con herramientas agrícolas oxidadas.
Ten en cuenta que esta zona, que sólo se puede visitar a pie y en bicicleta, es un laberinto de caminos elevados en medio de las marismas y el mar. Ten cuidado de no perderte y mantente en los caminos principales, sobre todo si viajas con niños.
Si el ciclismo no es lo tuyo, también puedes llegar al faro en coche, siguiendo la carretera D36B durante 17 kilómetros hasta la zona de aparcamiento del faro. En el faro, pero sólo en primavera y verano, hay una exposición que ilustra la costa y su fauna. En otras épocas, sólo se puede acceder a la zona de picnic, pero sin agua potable.
A un tiro de piedra del centro de la ciudad y del mar, estas hermosas plazas blancas se erigieron en 1930 y albergan muchos eventos locales. Aquí, de Semana Santa a septiembre, se celebran las famosas corridas camarguesas no sangrientas: estos espectáculos taurinos no implican ni la herida ni la muerte del toro.
De hecho, la habilidad de los participantes, jóvenes vestidos de blanco con una faja roja alrededor de la cintura, consiste en desafiar al toro intentando arrancarle una roseta que cuelga de sus cuernos. Entre cantos, bailes populares y desfiles de guardianes, las corridas de toros forman parte de la cultura de esta ciudad tan especial y son una cita ineludible tanto para sus habitantes como para los turistas.
En el siguiente mapa puedes ver la ubicación de los principales lugares de interés de este artículo.
Cada 24 y 25 de mayo, Saintes Maries de la Mer celebra la fiesta de los gitanos, Le Pèlegrinage des Gitans: cada año, unos 15.000 gitanos llegan de toda Europa, como sus antepasados antes que ellos. Peregrinos de todas las edades y generaciones se reúnen en este rincón de la Camarga para venerar a Santa Sara, su patrona, cuyos restos se conservan en la cripta de la iglesia.
Según la leyenda, Santa Sara, la sierva negra de María Salomé y María Iosé, que estuvieron presentes en la cruz de Jesús, emprendió un largo viaje desde Egipto con las dos santas tras la resurrección y desembarcó en la playa del pueblo, donde fue acogida por la comunidad gitana local.
Aunque se la llama santa, no está reconocida como tal por ninguna de las principales confesiones religiosas. Venerada por los gitanos de toda Europa, con ocasión de esta gran fiesta pagana, los gitanos decoran su estatua con suntuosas ropas y joyas que cambian cada año, y luego la llevan en procesión a la playa y al mar, donde tiene lugar la bendición de los gitanos, para conmemorar así el desembarco de la Santa.
Durante esta fiesta, todo el pueblo cobra vida y se convierte en el centro de una celebración increíblemente emocionante: no sólo procesiones seguidas por familias enteras de gitanos llorones, sino también sentidas tradiciones populares como la carrera de butteri a la plaza de toros, la inauguración de la temporada taurina no sangrienta, les courses camarguaises y los juegos hípicos provenzales .
Viajar a Saintes Maries de la Mer con motivo de esta espectacular ocasión es una experiencia única en Europa, donde podrás ser testigo de la cultura más profunda de esta región.
En Saintes Maries de la Mer abundan los alojamientos de todo tipo: para dormir en la ciudad y sus alrededores, puedes elegir entre hoteles de lujo junto al mar, casas con encanto en plena naturaleza, chalés de los Gardians, chalés de alquiler, B&B y campings, según tus necesidades y presupuesto.
Recuerda que durante el periodo de la peregrinación gitana y las ferias, la ciudad es tomada por asalto por los turistas. Por tanto, es preferible reservar tu alojamiento con suficiente antelación para encontrar la mejor solución para tu estancia en Saintes Maries de la Mer.
Saintes Maries de la Mer se encuentra en uno de los rincones más remotos de la Provenza, lejos de las principales rutas turísticas. La mejor y más cómoda forma de llegar es sin duda en coche, para tener total libertad de movimientos.
Para llegar a Saintes-Maries en coche desde España, tendrás que tomar la A9: calcula unas 4 horas desde Barcelona.
Si decides llegar a Saintes Maries de la Mer en avión, puedes reservar un vuelo al aeropuerto de Marsella, donde podrás alquilar un coche y ser totalmente autónomo.
En caso de que prefieras utilizar los medios de transporte, te anticipamos que el viaje se complica mucho más. De hecho, tendrás que utilizar un Flixbus hasta Arles y desde allí continuar hasta Saintes Maries de la Mer, o bien llegar a la estación de Marsella, tomar un tren hasta Arles y continuar en autobús hasta la ciudad de la Camarga.
Desgraciadamente, Saintes Maries de la Mer no tiene estación de tren. Para utilizar el tren, tendrás que ir primero a las estaciones de TGV de Avignon o Nîmes o a las estaciones de Arles o Aigues Mortes y luego continuar en autobús.
Las conexiones más frecuentes en autobús a Saintes Maries de la Mer son:
¿Qué tiempo hace en Saintes-Maries-de-la-Mer? A continuación se muestran las temperaturas y el pronóstico del tiempo en Saintes-Maries-de-la-Mer para los próximos días.
Lugar de peregrinación y estación balnearia, Saintes Maries de la Mer se encuentra en el departamento de Bouches du Rhône, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul.
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