Contrariamente a su nombre, es el puente más antiguo de París: data de 1607 y con sus 12 arcos representa la conexión más pintoresca de las islas con la orilla del Sena.
Al igual que Notre Dame con sus gárgolas, el Pont Neuf también está salpicado de estatuas grotescas que representan a diversas categorías de la ciudad, como carteristas, dentistas, holgazanes o barberos. Por desgracia, sólo se pueden admirar desde abajo, en la orilla del río o haciendo un crucero por el Sena.
Gracias a la belleza de sus proporciones, las estatuas y la particular conformación dividido en dos partes y 232 metros de largo en total, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Pont Neuf ha sido utilizado varias veces por artistas como emplazamiento de instalaciones originales:
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.