El Palacio Real, encargado y construido por el cardenal Richelieu en 1624, está ahora cerrado al público, pero puedes admirar sus magníficos jardines públicos de 21 hectáreas.
Puedes pasear entre las hileras de árboles, los setos floridos y las fuentes, el lugar ideal para un tet a tet romántico, o explorar la controvertida instalación del escultor Daniel Buren, una maraña de columnas rayadas en blanco y negro, un gigantesco tablero de ajedrez que se extiende a lo largo de 3000 metros cuadrados, otro intento de aunar historia y modernidad.
Pero los jardines también esconden algunos rincones realmente deliciosos que no puedes perderte: tres hileras de arcadas que te harán retroceder en el tiempo y te darán la ilusión de ver pasear a algún aristócrata con bombín en la cabeza.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.