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Château de Fontainebleau: Entrada prioritaria
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Enclavado en el magnífico bosque de Fontainebleau, de 20.000 hectáreas, el castillo te encantará por su belleza, que lo convierte en uno de los más bellos de toda Francia y en Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Sus orígenes medievales han quedado casi totalmente superados por las sucesivas renovaciones y ampliaciones que los distintos soberanos han solicitado a lo largo de los siglos.
Con sus 1.500 habitaciones, conserva su encanto rico en arte e historia: ha conservado casi intacto su mobiliario y cuenta con decoraciones, frescos, bajorrelieves, chimeneas antiguas y tapices originales. Podrás hacer un viaje a través del tiempo y de la historia.
El Castillo de Fontainebleau está situado a sólo 60 km de París y puede ser una excursión ideal de un día durante tu estancia en la capital francesa. Al mismo tiempo, para quienes planeen un viaje para descubrir los castillos del Loira o un recorrido por la campiña de Borgoña o Champaña, el castillo puede convertirse en una parada estratégica de aproximación.
Fontainebleau es realmente grande y se necesita mucho tiempo para visitarlo entero. Es el único castillo habitado por todos los soberanos desde el siglo XII al XIX, y el mejor amueblado de los castillos reales franceses. Con más de 1.500 habitaciones, alberga obras maestras del Renacimiento encargadas por Francisco I, los interiores ricamente decorados de María Antonieta, el apartamento de estado de Napoleón I y los estilos favoritos de Napoleón III y Eugenia. Utilizado como residencia real para cazar y alejarse de la vida política y social, el castillo es un vistazo a la vida de la corte y nos habla del lado más íntimo de los monarcas.
Si eliges la visita no guiada del castillo, podrás visitar el Museo Napoleón I y los Grands Appartements. El Teatro Imperial, los Petits Appartements, los apartamentos de Madame de Maintenon y el Boudoir turco sólo pueden verse en visitas guiadas. En cambio, para acceder al Museo Chino se necesita un billete adicional.
Los grandes apartamentos de los monarcas ocupan la primera planta del castillo, la planta principal dedicada al boato, las ceremonias, la vida cortesana y la exhibición pública del poder.
Emblemática por su importancia, la Galería de Francisco I es la sala renacentista más suntuosa del castillo de Fontainebleau. Diseñada por el pintor italiano Rosso Fiorentino, fue la primera vez que se creó una galería que combinaba una extraordinaria abundancia de paneles de madera tallada, putti, frutas y bloques de estuco para formar un gran marco alrededor de segmentos pintados y pintados al fresco.
Las sucesivas renovaciones de estos apartamentos, desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, nos cuentan cómo se vivió, invirtió y decoró este palacio.
Muy cerca de la Cour d’Honneur, donde Napoleón I saludó a su Vieja Guardia el 20 de abril de 1814, existe actualmente un museo enteramente dedicado al Primer Imperio (1804-1814).
Reuniendo una excepcional colección de muebles, objetos, pinturas, esculturas, armas, trajes y cerámicas, este museo de más de 500 obras está enteramente dedicado a Napoleón I y a sus diez años de reinado. Inaugurado en 1986 en el ala Luis XV del castillo, donde antaño se encontraba la Academia Militar de Fontainebleau, en las 10 salas del museo descubrirás la época napoleónica, su periplo desde su coronación en 1804 hasta su abdicación en Fontainebleau en abril de 1814.
Lejos de los grandes salones de recepción del primer apartamento, destinados a la vida pública, los monarcas crearon espacios más íntimos y confortables, reservados a los placeres y al entretenimiento de unos pocos elegidos.
Los Pequeños Apartamentos revelan un aspecto diferente de la vida de los monarcas. Remontándose al reinado de Luis XV, que instaló una serie de pequeñas habitaciones para su uso privado, los Petits Appartements respondieron al deseo de Napoleón I de renovar íntegramente estas 24 habitaciones y crear apartamentos “ordinarios” compuestos por salas de recepción, un dormitorio, una biblioteca y una sala de mapas.
Una escalera de caoba y pasillos interiores conectan estas hileras de habitaciones elegantes y privadas, donde los monarcas encontraban todo lo que necesitaban.
Famosos y de valor incalculable, los salones y el museo chinos reformados para Eugenia en 1863 albergan excepcionales colecciones de Extremo Oriente expuestas por la emperatriz. Algunos de estos tesoros proceden del almacén imperial, otros fueron adquiridos por Napoleón III y Eugenia, y otros proceden del saqueo del Palacio de Verano de Pekín por la fuerza expedicionaria franco-británica en 1860.
Los regalos diplomáticos de la embajada siamesa, recibidos por el emperador, se sumaron a esta profusión de porcelana, jade y objetos rituales budistas insólitos y curiosos.
Situados en una finca de 130 hectáreas, los distintos edificios que componen el castillo se distribuyen en cuatro patios principales, tres jardines y un parque.
La sorprendente diversidad de formas, colores y edificios, reflejo de los gustos de las distintas épocas en que fueron construidos, hizo declarar a un visitante inglés que Fontainebleau era como visitar un equipo de palacios. Sin embargo, la armonía que surge de esta unión es el resultado del deseo de los monarcas de continuar en la misma línea que sus predecesores.
Esta sucesión de estilos arquitectónicos también se despliega en los jardines, que fueron completamente rediseñados durante el siglo XIX: el jardín de Diana y el jardín inglés se diseñaron al estilo de los jardines ingleses. El clásico Gran Parterre de André Le Nôtre (1660-1664), con sus 14 hectáreas de jardines de estilo francés, ofrece una experiencia totalmente diferente en cuanto a espacio y perspectiva. Más allá del Bassin des Cascades, hay un largo parque que el Gran Canal de Enrique IV atraviesa en toda su longitud.
Si dispones de un día extra, te recomendamos que te quedes a explorar el Bosque de Fontainebleau, un pulmón verde en las afueras de París y una oportunidad para alejarte del ajetreo de la ciudad y sumergirte en la naturaleza.
Puedes elegir entre una gran variedad de actividades al aire libre que te permitirán descubrir todos los rincones del bosque: puedes alquilar una bicicleta, montar a caballo, practicar escalada o pasear por las Gargantas de Apremont o las Gargantas de Franchard.
El castillo de Fontainebleau es fácilmente accesible por diversos medios, empezando por París, a sólo 60 km.
Desde París, toma la autopista A6 desde Porte d’Orléans o Porte d’Italie y sal directamente en Fontainebleau. Desde aquí, sigue la dirección Fontainebleau y luego las indicaciones hacia Château.
Si no dispones de coche, puedes tomar un tren regional en la estación de París Gare de Lyon en dirección a Montargis Sens o Montereau: la parada está en la estación de Fontainebleau-Avon. Desde aquí, toma la línea A de autobús en dirección a Les Lilas hasta la parada La poste – château.
Para visitar el Castillo de Fontainebleau, puedes comprar una entrada única o un pase que la incluya.
Alternativamente, si no puedes o no quieres alquilar un coche, puedes participar en visitas organizadas que salen del centro de París.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.
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