Normandía cuenta con nada menos que 600 km de costa entre el Mont-Saint-Michel y Le Tréport, donde se alternan acantilados, puertos pintorescos, impresionantes farallones, pueblos y chimeneas.
Para que no te pierdas nada, aquí tienes los mejores lugares para fotografiar y admirar.
Los espectaculares acantilados de Étretat, que cambian de color con las variaciones de la luz a distintas horas del día, son el panorama normando por excelencia y bien merecen el viaje.
El Monte Saint-Michel es una elección casi obligatoria, pero su belleza suspendida entre el cielo y la tierra, inmersa en el azul del mar y del cielo, es una parada imprescindible.
¿Cómo no visitar Honfleur, uno de los pueblos más característicos de Normandía con su encanto costero?
Este rincón del paraíso, que parece sacado de una postal irlandesa, es una combinación perfecta de verdor, naturaleza y mar, con un romántico faro y una estación de botes salvavidas.
Este pintoresco puerto encajonado entre acantilados se asoma a un mar turquesa cristalino que brilla con los colores del Caribe en los días soleados.
Este pueblo se asoma a la playa con villas y chalets de arquitectura fin de siglo que le dan un encanto especial.
El Cap de Carteret es un promontorio rocoso que domina una lengua de arena color crema de la que parte un tramo del camino aduanero.