Perros-Guirec y la Costa de Granito Rosa
Distancia: 3 km
Creada en 1791 para luchar contra el contrabando, esta larguísima ruta de más de 1.300 kilómetros permitió a los 35.000 aduaneros creados por Bonaparte vigilar todos los tramos de costa e inspeccionar cada grieta y hendidura del mar.
De hecho, los aduaneros, tras el establecimiento de un peaje muy oneroso para los productos importados, se vieron obligados a perseguir a los contrabandistas que venían del mar, escondiéndose en la vegetación y guarneciendo la costa con puestos en el litoral.
Hoy, este sendero, el GR34, que comienza en el puerto de Saint-Nazaire, cerca de Nantes, y termina a las puertas del Monte-Saint-Michel, es un verdadero paraíso natural para los senderistas.
Esta increíble ruta de senderismo rodea la costa bretona, desde el Mont-Saint-Michel hasta el puerto de Saint-Nazaire , atravesando los paisajes más encantadores de Bretaña: acantilados rocosos, costas salvajes, dunas, playas, calas, siempre con el océano de fondo.
No todo el mundo, por supuesto, tiene la preparación, el tiempo y la perseverancia para afrontar una ruta tan larga. Para quienes sólo quieran recorrer algunos pequeños tramos, queremos señalar los senderos más espectaculares, que no deben faltar en tu viaje a Bretaña.
En la playa de Port Blanc, destaca el sublime arco de roca modelado por el océano, con Pointe Percho a lo lejos y la silueta de una antigua aduana.
El circuito termina en el pequeño puerto pesquero de Portivy, el lugar perfecto para disfrutar de la puesta de sol sobre el océano.
Aquí te esperan unos escarpados promontorios naturales rodeados de aguas turquesas: la península de Crozon ofrece un entorno idílico.
Desde Cap de la Chèvre, podrás admirar una vista marítima de 180° de la bahía de Douarnenez hasta Pointe du Raz. Otro lugar ineludible es Pen-Hir, con sus rocas en forma de escalera.
En la punta Saint Mathieu comienza un hermoso bucle que ofrece, con buen tiempo, una vista de 180° desde la isla de Ouessant hasta la isla de Sein.
Al atardecer, el panorama se tiñe de colores vivos y mágicos: los colores del mar se funden con los del cielo.
Este tramo del GR34 ofrece unas vistas espectaculares de la bahía de Morlaix, salpicada de islotes. Gracias a un bucle, podrás explorar los tesoros de la península de Carantec, en particular la isla de Callot, accesible sólo con marea baja.
Tampoco te puedes perder la vista desde la punta de Pen al Lann, en la playa de Tahití, donde podrás hacer las fotos más bonitas del islote de Louët y del castillo de Taureau.
Sin duda, el tramo del GR34 que atraviesa la Costa de Granito Rosa es el más espectacular: fantasiosas siluetas de rocas pulidas en un bello resplandor rosa cobrizo con los colores del atardecer.
En los senderos de Ploumanac’ h hay islas, calas de arena fina y panoramas de increíble belleza.
En un día soleado, Cap d’Erquy revela todo su esplendor: acantilados y playas salvajes, los colores del páramo y los gritos de los pájaros entre las extensiones de brezo te esperan.
Los acantilados de Cap Fréhel ofrecen uno de los panoramas más bellos de Bretaña. Durante el paseo por la costa de Goëlo hasta la fortaleza medieval de Fort La Latte, Cap Fréhel ofrece magníficas vistas al pie del faro. En efecto, en un día despejado, admirarás un panorama que abarca desde el Cotentin hasta Paimpol.
De Saint-Malo a Cancale, la costa alterna acantilados escarpados y hermosas playas de arena encajadas entre promontorios rocosos.
La Pointe du Grouin es un lugar ideal para descubrir la hermosa Costa Esmeralda, con sus aguas turquesas y sus bahías escondidas.
En el siguiente mapa puedes ver la ubicación de los principales lugares de interés de este artículo.
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