Disneyland París: ticket de 1 día
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Viajar en familia implica a menudo mantener la atención de niños y jóvenes, encontrar lugares y atracciones divertidos y romper los muchos kilómetros en el coche con descansos alegres y estimulantes.
Bretaña es un destino perfectamente adecuado para las familias que viajan con niños, y hay una plétora de lugares que explorar mientras te diviertes.
Puedes retozar en las playas, descubrir el mundo de los animales, acercarte a la historia entre yacimientos arqueológicos y pueblos medievales o quizás divertirte en un parque de atracciones.
Bretaña presume de una naturaleza exuberante: en la costa un mar cristalino con hermosas playas y en el interior parques, campiñas y bosques para explorar. Podrás regalar a tus hijos experiencias realmente inolvidables, como momentos de diversión en contacto con la naturaleza y al aire libre.
Además, al ser un entorno predominantemente rural, Bretaña ofrece la posibilidad de descubrir el mundo de los animales en el campo y en el mar.
Sólo tienes que esperar a la marea baja y convertir una tarde aburrida en una divertida actividad en busca de cangrejos y caracoles de mar, tellins, almejas y canolicchi.
Armado con botas y un cubo, entretendrás a tus hijos aprendiendo sobre el variado hábitat marino del litoral bretón.
Bretaña te encantará con sus playas blancas enmarcadas por un hermoso mar turquesa.
Si tienes tiempo y ganas de dejar que tus hijos corran libres con toda tranquilidad, aparca el coche y, si el sol calienta, ármate con un recogedor y un cubo para hacer castillos de arena en la playa.
A quince minutos de la ciudad de Renne hay un parque muy divertido para los niños, Les Jardins de Broceliande: un sendero de 1 kilómetro de longitud para recorrer descalzo y “sentir” las diferentes texturas de los materiales y elementos naturales como el tamo de alforfón, el caucho, el cuarzo, la arena, las conchas, los guijarros de varios colores y tamaños junto al laberinto de dalias, el mármol, la arenisca, la puzolana, el esquisto, la pizarra.
Una excursión, aunque sea corta, a una granja es una experiencia verdaderamente única, además de educativa, para tus hijos. Para una generación que vive en la ciudad, ver de cerca a los animales de la granja será absolutamente divertido.
Además de acariciar conejitos y revolcarse en la paja, muchas instalaciones ofrecen la participación directa en actividades típicas como ordeñar una vaca, dar de comer a las gallinas y recoger huevos. ¡Una forma divertida de aprender jugando!
Consulta bretagnealaferme.com para más información.
En Bretaña hay más de 10 parques zoológicos donde tus hijos podrán ver en directo animales extraños y exóticos, hasta ahora sólo admirados en documentales de televisión. Una parada insólita en el entorno bretón que seguro intrigará a los niños.
Los niños son curiosos y les encantan las criaturas marinas. Llevarlos a algunos acuarios puede ser una experiencia útil y divertida, quizá en un mal día de lluvia cuando los niños se aburren.
Bretaña no es sólo naturaleza virgen, sino también historia que se palpa en las ciudades medievales, en los festivales temáticos que animan la temporada estival y en los vestigios celtas del pasado.
Será una forma muy divertida de introducir a tus hijos, sobre todo a los mayores, en este mundo.
Bretaña cuenta con 3.000 menhires repartidos en una superficie de 40 hectáreas y 4 km de largo: Carnac es el mayor yacimiento megalítico del mundo, erigido hace 6.000 años, y el significado de sus misteriosas alineaciones sigue sin explicarse.
Descubre este lugar fascinante y misterioso como un pequeño Indiana Jones.
Los pueblos de Bretaña evocan la atormentada y fascinante época medieval: descubre estos lugares que han permanecido intactos para despertar la imaginación de tus hijos entre castillos, torres, murallas con pasarelas y antiguos fosos para defenderse de las invasiones.
Para adentrarte en el espíritu medieval de los festivales que animan el verano en Bretaña, no te faltará donde elegir: torneos de caballeros, desfiles de disfraces, espectáculos de malabares, osos amaestrados, mercados artesanales y sabores antiguos para un viaje en el tiempo en la frontera entre la realidad y la fantasía. Más información en:
Aunque no son una atracción típica de Bretaña, los parques de atracciones pueden ser una gran alternativa para pasar un día con los niños y satisfacer su necesidad de diversión y evasión: llegarán por la tarde agotados y recargados de energía para una nueva etapa de tu viaje.
Además de ver y visitar, los niños necesitan desahogar su exuberancia y concentrar su energía en pasatiempos dinámicos.
Implicarles en actividades que les entretengan y enganchen es una forma de hacer que un viaje a Bretaña también sea interesante para ellos.
Bretaña es rica en bosques frondosos y en los últimos años han surgido varios parques en los que pueden probar a trepar a los árboles entre la aventura (con total seguridad) para todas las edades y el descubrimiento de la naturaleza.
Las frescas temperaturas bretonas son ideales para dar un paseo en bici en plena naturaleza a través de bellos paisajes.
Alquila una bicicleta y recorre incluso tramos cortos de las Vois Vertes, rutas seguras y cómodas, a menudo a la sombra o al abrigo del viento, para explorar a lo largo de ríos y canales, tramos de costa y bellos paisajes rurales.
En Bretaña, existe la posibilidad de recorrer distancias cortas en encantadores trenes de vapor, que te transportarán a tiempos antiguos en un ambiente realmente único: las locomotoras serán una forma original de explorar Bretaña y entretener a tus hijos con sus caprichosos nombres, Vapeur du Trieux, Tire Bouchon, Léon à fer et à flots.
Más información en www.vapeurdutrieux.com.
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